lunes, 13 de mayo de 2013

Serie PRINCIPIA



CUATRO
Omnium rerum principia parva sunt
Cicerón, De finibus

El comienzo de las cosas se halla en lo pequeño.

  
Los artistas Sonia Rubio y Juan José Pedrosa
en la entrada a la exposición
 
 
Video obras Principia:

 
 
 
 
Video de la inauguración:
 


Noticia en prensa:
La Asamblea presenta las pinturas 'Principia' ( El Periódico Extremadura - 01/05/2013 )



TIERRA
 
Un corazón solo se completa cuando se devuelve a la tierra. El íntimo gesto de dejar caer de las manos un corazón amado a modo de semilla inaugura la vida. Solo así, bajo nosotros, un corazón logra conocer el ciclo extraordinario de las estaciones. Solo así un corazón puede ser tan amplio como un campo de trigo, y que una plaga de amor arrase una mañana su cosecha. Ya no nos pertenece este corazón, pero inclinamos nuestro pulso al eje de la tierra que lo contiene como un cofre. Entonces comprendemos que nada era nuestro para siempre. Que nuestro corazón posee tamaños distintos en el dolor y en la alegría. Y que sobrevivir consiste en sumar los latidos ausentes a los nuestros. Y bombear más fuerte.
Raúl Aragoneses Lillo
 

Está el árbol en flor
y la noche le quita, cada día,
la mitad de las flores.

                              J. R. Jiménez

                   
El sueño de Grzegorz 
Óleo sobre lienzo. 65 x 81 cm. 2012
 
 
 
 
12 hormigas
Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm. 2011



 
13 hormigas
Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm. 2011




FUEGO
 
El corazón es el único órgano que dispone sus partes para el fuego. Como una pira funeraria en las escalinatas de la vieja ciudad de Varanasi, a orillas del Ganges, así arde un corazón elegido de entre cientos. Un breve gesto ha sido suficiente. A menudo los que de este modo andan son dispuestos al pie de los acantilados, y es esta limpia luz de los que arden la que sirve de guía a navegantes y náufragos en mitad de la noche o la tormenta. Un corazón en llamas posee una intensidad que a otros corazones asusta, e intentan rápido apagarlo. Pero estos ignoran que el fuego que inicia el amor no puede extinguirlo un fuego distinto.
Raúl Aragoneses Lillo

¿Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga?

                          J. L. Borges


El intruso
Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm. 2011



La huida
Acrílico sobre madera. 22 x 150 cm. 2013



El intruso
Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm. 2011



AGUA

Una simple palabra basta para separar en dos mitades perfectas las aguas del corazón. Entonces, como un pequeño dolor, sientes el peso de las dos orillas enfrentadas y que dentro de ti se abre un camino que han de atravesar hermosas gacelas africanas, un pueblo perseguido y un ejército, o los dulces pies de quien se ama. Porque todos los imperios buscan la tierra prometida para fundarse, un paraíso desacostumbrado donde extenderse sobre la luz y la sombra de todos los valles, de todas las rosas, y empezar de nuevo. Puede que más allá solo exista el desierto, puede que cruzar al otro lado no logre salvarlos, pero puede también que allí duerman del lado del amor.
Raúl Aragoneses Lillo

Aquí y allá
luz de mañana azul.
Son varios mares.

                            A. Neuman


Hydra
Acrílico sobre tabla. 52 x 158 cm. 2013


 
 
4 gotas
Acrílico sobre lienzo. 65 x 81 cm. 2011
 
 
 
 
8 gotas
Acrílico sobre lienzo. 100 x 100 cm. 2011





AIRE

Como el aire, un corazón es particularmente delicado, fino, etéreo y, si está limpio, transparente en distancias cortas y medias. Abrir el corazón al despertar es una sana costumbre que logra que el aire de dentro no se vicie. No en vano, un corazón bien ventilado es el ángulo que basta para un libro y un amigo, un sueño breve. Aquí es posible el más alto amor, pues todo lo permite el aire y a él se devuelve todo. Deja entonces, con tus aurículas y ventrículos de par en par abiertos, que el aire de mi corazón se mezcle con el tuyo y, como un largo y cálido cendal, desbarate el ciclo de tu sangre y rompa tus jarrones chinos, y en medio del estruendo tú despiertes sin pulso para recibirlo.
 
Raúl Aragoneses Lillo


Los hombres odian
presumen sueñan pero
las aves vuelan

                           M. Benedetti


 Un globo desde el interior
Acrílico sobre madera. 100 x 150 cm. 2013


Dos globos
Acrílico sobre tabla. 134 x 185 cm. 2013
 
 
 
 
Tres globos
Óleo sobre lienzo. 120 x 100 cm. 2013